domingo, 29 de diciembre de 2019

ARQUITECTURA DEL CINQUECENTO SIGLO XVI

     Roma pasa a ser el centro del arte renacentista, bajo el mecenazgo de los Papas. Se recurre al clasicismo, se utilizan los órdenes clásicos, es un arte solemne y monumental, pero huye del colosalismo, predominando la medida, el equilibrio y la proporción. La decoración anterior prácticamente desaparece, prefiriéndose una basada en los efectos monumentales de la arquitectura, frontones triangulares y semicirculares, uso de plantas centralizadas con cúpula.
A-DONATO BRAMANTE
                Cambia hacia un nuevo clasicismo: cautivado por las ruinas romanas, los volúmenes grandiosos y las perspectivas colosales, muestra preferencia por estructuras simples, se interesa por el geometrismo, la perspectiva y la simplicidad.
                De sus obras podemos destacar San Pietro in Montorio, templo circular sobre gradas circulares y rodeado de columnas lisas. En el piso de arriba cuerpo circular rodeado por una balaustrada, coronado por una proporcionada cúpula. Este inició el proyecto de San Pedro del Vaticano, de dimensiones desmesuradas, introduciendo el cemento como material. De planta de cruz griega, con gran cúpula en el centro, sobre tambor de columnas clásicas y bóvedas laterales. Originalmente aparece rodeada de torres y torrecillas que finalmente no se realizarán.
B-MIGUEL ÁNGEL BUONARROTI
                Iniciador del Manierismo en arquitectura, busca los grandes efectos espaciales. Entre sus obras destaca San Pedro del Vaticano. En 1546 se encomienda a Miguel Ángel la continuación de las obras, tras haberlo hecho Rafael, quién modificó la planta a cruz latina, y Sangallo. Tras él terminarán las obras Della Porta, Maderno y Bernini. Miguel Ángel levanta la cúpula sobre tambor, fijando el modelo de cúpula, con contrafuertes de órdenes corintios, que se continúan en los nervios de la cúpula de doble casquete. Miguel Ángel también modifica el proyecto: desaparecen las torres y torrecillas, una sola entrada, pórtico adintelado y doble fila de columnas exentas.
                También realizó la escalera de la biblioteca Laurenciana, que logra dar la impresión de gigantesca gracias a la alternancia de escalones de curvas con otros rectos, llenándola de movimiento. Es revolucionario al transformar las normas clásicas: tímpanos rotos, pilastras invertidas y adelgazadas en la parte inferior, columnas en el paramento del muro y de ningún orden. Suya es también la Sacristía de San Lorenzo, con aspecto funerario, donde se encuentran las tumbas de Giuliano y Lorenzo de Médici, embutidas en el muro. La plaza del Capitolio en Roma es también obra suya, y está rodeada de edificios adintelados y decorados con pilastas; en el centro está la estatua ecuestre de Marco Aurelio sobre un pedestal, la plaza es de planta trapezoidal para dar más perspectiva. 

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